Leyendo este artículo sobre si son caros o no los fotógrafos de boda me animé a dedicar estas líneas a defender el trabajo de los fotógrafos profesionales (y de paso los fotógrafos de boda). En DiezDediez esto nos cae cerca porque aunque cada cliente nos conoce por alguno de los servicios que damos, entre otras cosas también tenemos el orgullo de ser fotógrafos profesionales.
Antes que nada hay que aclarar que un fotógrafo profesional no es alguien que sujeta una cámara, sino una persona que hace fotos. El alquiler del equipo suele ir asociado a la contratación del fotógrafo pero no se le paga solo por tener material profesional (que también) sino por hacer su trabajo, las fotos, lo mejor posible. Describir una historia y captar imágenes con experiencia, fiabilidad y profesionalidad, y cuidar de esas fotos con garantías hasta el momento de su entrega o unos meses más, quizá para siempre.
Es decir, que el precio de una sesión de fotos no es por el alquiler de una cámara. Muchos piensan todavía que llaman a un fotógrafo porque «no tienen una cámara de fotos así de grande para hacerlas así de bien», craso error, por resumir diremos que «el hábito no hace al monje». Esto parece evidente pero os sorprendería la cantidad de gestores que hay en España que piden un fotógrafo barato «porque ellos no pueden ir a hacer la foto con su móvil en ese momento».
El precio de un fotógrafo para un reportaje debería tener el mismo baremo que para un fotógrafo de boda. Hay fotógrafos que facturan dos mil euros por las fotos de un día de boda, o más, y hay gente que lo entiende y gente que no, aunque este último grupo cada vez son menos. Hay precios inflados, como en todo, pero ciertos presupuestos suelen tener su justificación.
En una sesión de fotos de boda, con todas sus fases, pueden llegar a generarse más de dos mil imágenes que entre otras cosas luego habrá que ordenar, escoger y retocar. El tiempo de trabajo in-situ que supone una boda para un fotógrafo suele ser entre cuatro y diez horas, las fotos de la presentación de un libro pueden ser cuatro horas, la reunión anual de una empresa grande o una junta de accionistas pueden ser más de seis horas de sesión, etc.
O sea que comparando entre los trabajos profesionales habituales y una sesión de fotos de boda, las horas de sesión podrían ser las mismas. La primera diferencia, a priori, son la cantidad de imágenes que se generan en una boda. Digo «a priori» porque en una reunión anual si en el encargo te piden retratar a todo el consejo y, al menos, la décima parte de los asistentes ya podemos calcular unos cuantos cientos de fotos.
Es un cálculo rápido: 3.000 personas en la reunión anual de una empresa, un mínimo de 3 fotos por cada retrato, a un mínimo de 300 personas… ya tenemos 900 o 1.000 fotos en retratos. Luego sumamos las fotos de ambiente, de grupo y las ponencias en el interior y ¿qué nos sale? Pues eso, más de dos mil fotos. Su tiempo de descarga, sus copias de seguridad, sus decenas de horas de escoger y organizar, horas de retoque, su revelado, exportar para la entrega, etc.
No sólo hay que valorar el tiempo del reportaje, hay que tener en cuenta el largo trayecto que lleva hasta el día de la sesión y, por supuesto, todo el trabajo que hay después de ésta. Antes de la sesión está la planificación del shooting, la localización, o sea, la visita de las ubicaciones del reportaje unos días antes, la elaboración del presupuesto, la producción, la búsqueda del personal ideal para ese reportaje, la compra o el alquiler del material específico para la producción, etc. Además, en el caso de las fotos de boda se hace necesaria la cita previa con la pareja, que siempre es agradable, el trato humano es lo mejor del encargo porque se trata de gente enamorada y en paz con la vida, pero hay que contar con que también suma horas al proyecto.
Os diré que en el estudio tenemos una pizarra dedicada exclusivamente al workflow de las sesiones de fotos que tenemos reservadas por los clientes, y en la parte superior, en horizontal, tiene veinte casillas: seis pasos antes de la sesión y trece pasos después. Y esa cuadrícula se hizo resumiendo pasos y poniendo, a veces, varias tareas en una misma casilla.
Además, como bien dice el artículo que enlazo al principio de este post, entre los gastos asociados a un reportaje está la inversión permanente en material y en su mantenimiento. No olvidemos también la inversión en promociones y en publicidad, que mantienen el negocio vivo, y el tiempo y los costes asociados al simple hecho de tener una empresa en marcha (que no es poco) o de ser autónomo.
Seguiremos concienciando del valioso tiempo de las personas y de su trabajo. De momento vayan estas líneas para aportar otro poco a esta batalla permanente.
- ¿Has contratado alguna vez a algún fotógrafo y te ha parecido caro?
- ¿Crees que hay estudios que inflan los precios?
- ¿Eres fotógrafo? ¿Crees que cobras menos de lo que deberías?
muy bonita tu explicación, pero un poco exagerado tu punto de vista, sigo pensando que muchos fotografos abusan y cobran demas de hecho se puede ver la variedad de ofertas que existen en el mercado y el trabajo es el mismo y la misma dedicacion….. decir que cada uno se queja de lo suyo y el que no llora no mama un saludo y siue intentando vender la moto
Gracias por tu comentario. Supongo que estamos de acuerdo en que si hay mucha variedad es porque hay mucha oferta, y muchos que ofertan no saben qué precio poner porque no conocen el mercado. O sea que es el caso de los que no se dedican a hacer fotos sino que están «de paso».
Unos tiran los precios de forma que el negocio será insostenible, tienen que cerrar al año de empezar y de paso se llevan a unas cuantas empresas por delante. Otros ponen un precio desorbitado «porque les ha dicho un cuñado» que puede poner ese precio. En fin, gente poco seria.
En este artículo hablo de los FOTÓGRAFOS PROFESIONALES, como bien dice el título. La mayor parte de los fotógrafos profesionales tiende a tener precios similares. Salvo casos de ego desmedido o primeras figuras, que pueden cobrar lo que quieran. El resto suele tenerlo muy medido porque es a lo que se dedican, de eso viven, y te aseguro que ninguno se hace rico tomando fotos : ) Y mucho menos «vendiendo motos».
Y esto del precio más o menos similar es especialmente cierto en fotos de moda, fotos de producto y fotografía de reportaje. No sé a qué ámbito te refieres, pero si tú has tenido una mala experiencia intentando vender tus fotos nos lo puedes contar también.